lunes, 6 de noviembre de 2017

Cómo evitar los errores que cometemos al alquilar

“Debí pensarlo mejor”. Esa es la frase que soltamos cuando hemos descubierto que la operación recién hecha estaba contaminada de errore el “sesgo cognitivo”. Es un error humano causado por no dejar que el raciocinio se imponga sobre la emoción. El último premio Nobel de economía,
Richard Thaler, escribió un libro titulado  Misbehaving (Comportamiento equivocado), donde el autor dice que “la premisa central de la teoría económica dice que las personas eligen optimizando (escogiendo lo mejor)...”. Thaler lo duda: sostiene que eso lo afirman los economistas porque “no tienen pasiones: piensan como el Sr. Spock de Star Trek ".
He aquí las tonterías que cometemos:
  1. Las palabras seductoras. Cuando nos muestran un piso por Internet nos hablan de la “coqueta habitación de los niños”, la “amplia cocina americana”, una terraza con “decoración escandinava”…”. Esas visualizaciones nos crean esquemas mentales que condicionan nuestro interés. Para evitarlo basta con preguntarse cómo son de verdad esos sitios sin todos esos atributos: terraza, habitación, cocina…
  2. Falta de tiempo. Nuestro trabajo nos impide dedicar tiempo a comprar/alquilar un piso de modo que miramos las ofertas por encima y vamos a tiro hecho. Error: las posibilidades de equivocarse y lamentarlo son directamente proporcionales a la escasez de tiempo invertido. El cerebro quiere ahorrar energía y toma decisiones precipitadas. Se corrige tomándose cada día un buen rato para mirar y elegir pisos. Y en los fines de semana, para visitar. Hay que tener un método.
  3. Manejar poca información. La experiencia se basa en tomar decisiones correctas basadas en toda la información atesorada en nuestra vida en un campo determinado. Pero solo alquilamos o compramos de vez en cuando. Para compensarlo, hay que reunir toda la información posible y procesarla. Hacer cálculos, tomar nota de cosas a favor y en contra, y cargar a nuestro cerebro de datos haciéndonos muchas preguntas. Eso le permitirá al cerebro tomar la mejor decisión en cuando a sitio y precio.
  4. La obsesión del detalle. No hay ningún piso o casa totalmente ideal, pues hasta el más atractivo siempre tiene algo que no nos gusta. A veces, lo rechazamos porque nos obsesionamos con ese detalle, que puede ser una terraza con el suelo roto, o una cocina con la campana estropeada. Tenemos que pensar qué supone eso en la oferta general y si es fácil de resolver. Así no dejaremos pasar una buena oportunidad.
  5. Las decisiones en pareja. Cuando se negocia comprar/alquilar un piso en pareja se confrontan dos formas de ver la realidad. Esto no sería un problema si los dos miembros de la pareja fueran sinceros. Pero siempre surgen sesgos cognitivos basados en complejos inconscientes: el sitio le trae malos recuerdos a uno; la otra persona se ha obsesionado con el dormitorio; está la influencia de la madre… Lo mejor es que la pareja haga un examen de sus propios sesgos cognitivos, para saber si están compartiendo la información objetivamente correcta, o solo se están dejando llevar por una emoción oculta e irracional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Verrugas, manchas, lunares… Soluciones que he comprobado que funcionan

“ Cuando era niño tenía una verruga en el dedo índice que llegó a alcanzar un diámetro muy notable. Llevaba más de un año creciendo, resi...